Arturo Sacristán Turbica
Volvemos a publicar una de las entradas más leídas de nuestra Web:
Estudio de las Artes en
el programa "Hoy por hoy Madrid" de la Cadena Ser
Asistimos a la radio invitados para promocionar las Jornadas “Corralas de Madrid: un paseo por su pasado, presente y futuro”,
organizada por la Plataforma vecinal
yonomevoy y la Universidad Autónoma de Madrid. La idea principal es acercar
a los madrileños estos edificios tan emblemáticos de la capital, muy olvidados
durante décadas y ahora redescubiertos por su historia y características
arquitectónicas únicas.
Las Casas de
Corredor, nacen como una fusión entre la arquitectura tradicional castellana
(las casas hidalgas) y el adarve andalusí.
La primera es una evolución de la domus romana, en la que ya encontramos
características que luego veremos en las famosas corralas, como es el patio en
el cual se articula la vivienda, o la estructura de crujías de madera.
De la vivienda andalusí, las
corralas heredaran su carácter social. El adarve es un tipo de ordenación
urbanístico. Las ciudades musulmanas crecían sin ningún tipo de planificación,
las viviendas se amontonaban intramuros, muchas veces sin espacios públicos,
como jardines o plazas, por ello, muchos callejones que quedaban sin salida se
cerraban para el uso privado de las viviendas que lo conformaban,
compartiéndolo varios bloques de viviendas.
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Adarve Malagueño |
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Casona Hidalga castellana
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La ciudad de Madrid,
reconquistada entorno al 1085, estaba habitada, por un número de habitantes que
rondaría los 3000. Realmente era un conjunto de viviendas bajas que se
articulaban entorno a la Medina, hoy Palacio Real.
No será hasta 1212,
tras la batalla de las Navas de Tolosa cuando toda esta zona deje de ser
frontera con el mundo musulmán, y empiece a crecer tanto en densidad de
población como territorialmente, ya que, 10 años antes de la victoria cristiana,
el rey Alfonso VIII otorgó a Madrid su fuero, por el cual se organizaría la
ciudad hasta mediados del siglo XIV.
El otro gran momento histórico de
la ciudad de Madrid ocurre en el año 1561, cuando la capital del reino se
traslada a Madrid desde Valladolid. En poco más de 30 años las ciudad pasa de
12.000 habitantes a 90.000, hecho por el cual, deben de derribarse las antiguas
murallas medievales que constreñían el crecimiento, y se construye una cerca,
no con una finalidad defensiva, sino administrativa.
Ya en pleno siglo
XVII la ciudad vuelve a verse asfixiada, la cerca de Felipe II se queda
pequeña, por eso durante el reinado de Felipe IV se construye otra cerca en la
que ya se incluyen los barrios bajos del sur de la ciudad (Embajadores), medida
muy celebrada pero poco útil. Castilla en esos momentos atraviesa una grave
crisis económica, los campesinos abandonan el campo empobrecido, para buscar un
mejor futuro en la ciudad, la población sigue creciendo sin control, y comienza
a hacinarse. Los primitivos casones del S. XVI se quedan pequeños, comienzan a
elevarse, para poder albergar a más de una familia, siempre intentando mantener
el patio central de estas viviendas como lugar de trabajo y almacenaje de sus
inquilinos, comienza la especulación urbanística, la aristocracia, abandona la
economía agraria, y comienza a invertir en vivienda urbana, que alquila sin
ningún control a las miles de familias provenientes del campo.
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Plano de Pedro Texeira (1656) |
Durante el Siglo
XVIII, la ciudad de Madrid recibe el nuevo siglo con un cambio dinástico,
llegan los Borbón, y con ellos el despotismo ilustrado (todo para el pueblo,
pero sin el pueblo). La sociedad madrileña se divide por clases, dejando los
barrios bajos al populacho (en un principio denominación geográfica de la zona
de Embajadores, ya que estaban más bajos que la plaza Mayor, y luego como término
peyorativo ya que va a albergar a las capas más desfavorecidas de la población).
A finales de este siglo, vemos como la densidad de población madrileña sigue
aumentando, y es cuando aparece el fenómeno de las corralas, las leyes de
arrendamiento del momento fomentan el alquiler insalubre de cuartos, los
propietarios de corralones comienzan a construir 3 y 4 pisos más sobre estas
edificaciones, siempre respetando el patio central y los corredores que sirven
como distribuidores de los diferentes cuartos de alquiler, la vivienda se
vuelve cada vez más precaria, familias enteras viviendo en 20 metros cuadrados,
han nacido las corralas.
Será el siglo XIX,
cuando este tipo de edificación se masifique, tanto por su rentabilidad, como
por su funcionalidad. Desde mediados de siglo, Madrid vuelve a sufrir otra
oleada de inmigración rural, la ciudad cuenta con cerca de 300.000 habitantes,
todos hacinados dentro de la antigua cerca de Felipe IV, aunque ya comenzamos a
ver también el aumento demográfico en núcleos urbanos cercanos a Madrid, como
son Chamartín de las Rosas, Tetuán de las Victorias, Carabanchel o el pueblo de
Fuencarral.
La corrala se
convierte en la edificación por antonomasia de la capital, albergando algunas
de ellas a más de 1000 personas como es el caso de la corrala de Mesón de
Paredes. El afán recaudatorio no queda ahí, hasta este momento se había
mantenido una relación estructural entre el tamaño del patio y el espacio
construido, ahora, la cuestión es albergar al mayor número de personas posible,
los patios quedan reducidos a patios de luces, aunque el sistema de corredor se
mantiene. Por fin en 1868 la primitiva cerca se tira, y Madrid puede comenzar a
extenderse en horizontal, nacen los ensanches para albergar a la incipiente
burguesía madrileña, mientras que la gente pobre, continua en los barrios
bajos, ya que las nuevas promociones urbanísticas no van destinadas a ellos, se
tienen que conformar con sus cuartuchos.
Será también en este siglo, cuando
los escritores de las corrientes realistas, narren en sus novelas la dura vida
diaria de las corralas (Fortunata y Jacinta de Galdós es un buen ejemplo),
visión muy edulcorada será las que transmitan los sainetes y las zarzuelas de
finales de siglo bastante alejadas de la realidad (como la Revoltosa), ya que una
corrala es un núcleo chabolista en vertical, la insalubridad de estas será un
grave problema, por la cantidad de epidemias que sufren, y su rápida
propagación.
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Cartel de la película "La revoltosa" (1949) |
Nos adentramos en el
siglo XX, donde las cosas cambian poco, la falta de higiene y la precariedad
laboral, sumado al abandono de estos edificios por parte de los propietarios y
de las administraciones, son notorias, muchos de estos edificios se hundirán
por falta de mantenimiento. Ni sus inquilinos tienen dinero para reformas, ni
sus propietarios tiene voluntad de acometerlas. La famosa solidaridad vecinal
de las corralas, no va a ser otra cosa que un mecanismo de supervivencia ante
la inexistencia de servicios sociales.
En el año 1977 el intento de
derribo de la Corrala de Mesón de Paredes, y la mediática lucha vecinal por
protegerla, puso de manifiesto la realidad social de las corralas, la gran
mayoría de ellas seguían teniendo pozos negros, y muchas estaban a punto del
colapso, las corralas necesitaban ayuda. El primer paso fue convertir la
corrala antes mencionada, en monumento histórico artístico, y hacer un estudio,
para saber cuantas corralas había en la ciudad. Se contabilizaron más de 500,
200 de ellas en el distrito de Embajadores, convirtiéndolas en edificios
protegidos, aunque la voluntad inicial fue rehabilitar todas aquellas que lo
necesitasen, a día de hoy muchas siguen en lamentables condiciones.
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Corrala de Mesón de Paredes antes de la rehabilitación |
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Corrala de Mesón de Paredes después de la rehabilitación
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Por
último no olvidar, que la corralas no es un fenómeno urbanístico único de la
ciudad de Madrid. Sevilla, Málaga o Cadiz cuentan con un gran número de estos
edificios, y en Sur-América, los conventillos de Santiago de Chile, Buenos
Aires o Montevideo son un claro ejemplo que el modelo de corrala fue exportado
a aquellas ciudades con los mismos problemas de densidad de población que
Madrid.
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Patio conventillo de Buenos Aires |
3 comentarios:
He asistido a las dos jornadas que han habido estos dos últimos sábados, y no veo el momento en seguiros para comprender y saber más sobre lo que nos rodea y antecede.
Gracias a todos y, especialmente, a Arturo, que fue el guía del grupo en el que se me asignó en la segunda jornada.
Quedan las anécdotas de http://is.gd/HBHer3 y http://is.gd/WjZfVi
¡Enhorabuena por vuestro trabajo en las jornadas!
Muchas gracias a los dos. Ha sido todo un placer colaborar en estas jornadas. Ya os iremos informando de más rutas y viajes.
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